Macarrones con Pollo es uno de esos platos que se conocen en cualquier hogar venezolano. En la historia anterior los introduje a mi abuela Tata, así la llamábamos los nietos, y como lo dije antes, de ella aprendí la esencia de la cocina. Cuando mi mama y mi papa se casaron vivían en San Benito, parroquia La Pastora, yo fui la primogénita, después nació mi hermano Alfredito y luego llego Snailliw, la casita de San Benito se hizo bien chiquita para una familia de 5 y Tata consiguió unos terrenos en San Antonio de Cua, al lado de un sobrino de mi abuelo (mi padrino Lelo), mi abuela le dio a mis padres la mitad del terreno y allí se construyo la casa donde creceríamos y donde todavía reside mi mama. Aunque vivíamos en Cua, todos los fines de semana religiosamente nos íbamos a casa de mi abuela. Uno de los platillos que ella preparaba muy frecuentemente era Macarrones con Pollo, o a veces si hacían falta los macarrones Tata simplemente preparaba lo que tuviera a mano y podía resultar en simples suculentos Espaguetis con Pollo, al final del día era el mismo sabor con diferente forma de pasta.
Otro recuerdo que me trae los Macarrones con Pollo es de los mediodías, la hora de almuerzo en esas pensiones de La Candelaria. Oh! La Candelaria!!!! Con sus calles de piedra y sus casas de largos pasillos, grandes ventanales, con un jardín en medio de todas esas puertas, asemejando a las casas españolas. No importa lo que digan los demás, para mí, La Candelaria es el centro de Caracas, el verdadero Corazón de la ciudad y casa de la famosa Plaza del Centro de la canción de Franco de Vita. Cuando llegaba la hora de almuerzo en el banco y era quincena, con algunos compañeros (y muchas veces sola), caminábamos las calles de La Candelaria buscando que comer y los menús de las pensiones eran siempre la solución más viable. No importa lo que ofrecieran en el menú, si se leía “Macarrones con Pollo” mi decisión ya estaba tomada. El mismo sabor incomparable de los de mi abuela o mi mama y…. “ojala me sirvan el muslo” solía pensar. Cuando me mude a los Estados Unidos fue una de las primeras comidas que le prepare a Matt. Una vez me los lleve de almuerzo al colegio, sentadas frente al capitolio de Madison en un día soleado de verano, mi amiga Adriana y yo nos deleitamos comiendo los macarrones y recordando historias de nuestra tierra. El primer comentario de mi amiga al probarlos fue: “saben igual a los que preparaba mi abuela”
Otro recuerdo que me trae los Macarrones con Pollo es de los mediodías, la hora de almuerzo en esas pensiones de La Candelaria. Oh! La Candelaria!!!! Con sus calles de piedra y sus casas de largos pasillos, grandes ventanales, con un jardín en medio de todas esas puertas, asemejando a las casas españolas. No importa lo que digan los demás, para mí, La Candelaria es el centro de Caracas, el verdadero Corazón de la ciudad y casa de la famosa Plaza del Centro de la canción de Franco de Vita. Cuando llegaba la hora de almuerzo en el banco y era quincena, con algunos compañeros (y muchas veces sola), caminábamos las calles de La Candelaria buscando que comer y los menús de las pensiones eran siempre la solución más viable. No importa lo que ofrecieran en el menú, si se leía “Macarrones con Pollo” mi decisión ya estaba tomada. El mismo sabor incomparable de los de mi abuela o mi mama y…. “ojala me sirvan el muslo” solía pensar. Cuando me mude a los Estados Unidos fue una de las primeras comidas que le prepare a Matt. Una vez me los lleve de almuerzo al colegio, sentadas frente al capitolio de Madison en un día soleado de verano, mi amiga Adriana y yo nos deleitamos comiendo los macarrones y recordando historias de nuestra tierra. El primer comentario de mi amiga al probarlos fue: “saben igual a los que preparaba mi abuela”
Y para los que quieran intentar, no se diga más, a calentar su caldero, a picar el pollo y a preparar esta rica receta para disfrutarla en compañía de familiares y amigos.
Macarrones con Pollo
Ingredientes:
½ Kilo de pasta corta – Rigatoni, Fusilli o Plumitas
1 Pollo picado en trozos pequeños
1 Cebolla grande picada
4 Tomates picaditos (cuando no tengo tomates frescos utilizo los enlatados)
3 Dientes de ajo finamente picado
½ Pimentón Rojo finamente troceado
2 Cucharaditas de comino
3 Cucharaditas de pimiento molido
1 Pizca de ají rojo seco
2 Cucharadas de pasta de tomate
½ Taza de salsa Kétchup
½ Cucharadita de Carmencita
1 Cucharada de cilantro o perejil picadito
Sal y pimienta al gusto
Preparation: Condimentar el pollo con sal y pimienta fresca, en un caldero calentar las 2 cucharadas de aceite de oliva. Cuando esté bien caliente agregar las piezas de pollo de manera que todas las piezas estén en el aceite, si no caben, no abarrotarlos, hacerlo en dos tandas. Sofreír 5 minutos por cada lado y sacar a una fuente. Agregar la cucharada de aceite restante, sofreír la cebolla y el ajo hasta que estén transparentes, aproximadamente 2 minutos. Agregar la pizca de ají rojo seco (mi toque personal), el comino, la pimienta molida, la Carmencita, sal y pimienta al gusto. Sofreír todo por otros 3 minutos. Agregar los tomates picaditos (o en lata), la salsa kétchup y la pasta de tomate, mezclar con una cuchara de madera. Devolver los trozos de pollo al caldero y bajar el fuego, tapar y cocinar por unos 30 minutos, chequeando de vez en cuando. Cuando falten 15 minutos para que el pollo esté cocido, poner a calentar en una olla 3 litros de agua hasta llegar a punto de ebullición. Cocinar la pasta siguiendo las instrucciones del paquete (normalmente unos 8 minutos). Cuando la pasta este “al dente” remover con un colador de mano y verter en la salsa con el pollo. Remover y mezclar todo muy bien. Colocar en un plato para servir y agregar el cilantro o perejil picadito por encima. Agregar queso al gusto y servir inmediatamente.
! Buen provecho!
Nota: Si la salsa está muy espesa agregar un poquito del agua donde se cocino la pasta antes de agregar la pasta.